viernes, 13 de julio de 2007

Relato 10

Yo he tenido una infancia feliz, aunque la vida me dio muchos golpes, pienso que fue injusta, como me imagino que será para mayoría de la gente, cuando tienen que enfrentarse a desgracias como la mía, pero de eso no quiero hablar, así que contaré un viaje que hice a Bali.

Este fue un viaje muy especial, nunca había soñado con ir yo a Indonesia, aunque siempre mi pensamiento estaba con la persona que me gustaría que estuviera conmigo, trataba de disimularlo delante de las personas que me acompañaron.

La cosa comenzó porque mi sobrina estaba trabajando en Bali, concretamente en Ubud, para una empresa americana, y cuando no se tienen hijos, como yo, pues siempre están sobrinas para animarte sobre todo las mías, tengo dos que son un encanto, espero que tengan suerte en la vida y salud, (lo principal).

En el viaje, fuimos mi hermana y una amiga, salimos de Madrid a las 9,30 de la mañana a Barcelona, de allí a Singapur, y a Dempasar, la capital de Bali, total que llegamos al día siguiente a las 12,30 del mediodía hora local. Nos estaba esperando mi sobrina, hacia un calor de justicia, había alquilado un coche, y nos dirigimos a Ubud que era donde ella vivía. El paisaje, la gente, era todo tan sorprendente que no daba crédito.

Llegamos a Ubud después de hacer varias paradas, por procesiones a los templos, después lo comprendí, te paran en cualquier momento por este motivo, la gente vestidos de balineses, se dirigen a los templos, con sus ofrendas, esto sucede cualquier día y a cualquier hora.

Mi sobrina nos llevo al hotel, era precioso, rodeado de vegetación, con piscina, en la cual desayunábamos todos los días unos zumos naturales increíbles, la habitación era grandísima, teníamos hasta nuestro porche donde todas las noches nos ponían el the, y nosotras hacíamos sociales, (como lo llamábamos hablando de todo lo que habíamos visto durante el día) estaba todo adornado con flores, una especie de palmeras hechas a mano con flores colocadas encina de la almohada, en el baño etc.

Empezamos a recorrer la isla, como mi sobrina trabajaba y hasta el fin fe semana no podía acompañarnos, contratábamos un chófer que era vecino, tenia un flamante todoterreno, y por el módico precio de 220.000 rupias, (22 €) lo teníamos a nuestra disposición desde las 11 de la mañana hasta las 6 de la tarde.

Las excursiones fueron maravillosas, yo no sabia que aquello pudiera existir, me refiero aquellas gentes, la cultura, te transmiten paz, son agradables, pacientes, se esfuerzan en entenderte, nos aprendimos algunas palabras, como buenos días, gracias, etc, los hay que hablan algo de ingles.

Los templos son espectaculares, ellos los visitan todos los días, y ponen ofrendas que se componen de flores, frutas, las hacen de varios pisos y las llevan sobre la cabeza.

Nosotras estábamos en el centro de la isla, así que desde allí lo recorríamos todo, fuimos a Kuta, que es la zona mas turística, y donde sucedió el atentando en una discoteca, la playa es espectacular con unas olas que parecen cataratas, dicen que es el mejor sitio del mundo para practicar surf, y no me extraña, las olas parecen que explotan, pero después es como si volvieran a recuperarse, increíble. Lo que si había eran unas medidas de seguridad muy fuertes, para entrar y salir de la playa te controlaban todos los bolsos. Había varias cafeterías, con hamacas y sombrillas, desde donde se contemplaba una hermosa puesta de sol.

La ciudad de Dempasar, es mas bulliciosa, lo que más me llamó la atención fue el tráfico miles y miles de motos, todos los coches todoterremo enormes, conduciendo por la izquierda, cuando llegabas a una rotonda era un caos algo así, como “maricón el que no pase”, no respetaban nada, además en la moto llevaban todo encima, cestos, materiales de construcción, la señora los niños.

Dentro de todo este viaje maravilloso, nos sucedió un hecho increíble, resulta que mi sobrina trabajaba con una chica que estaba casada con un primo del príncipe, Bali es una república pero existe la familia real, así que éste se casaba y nos invitaron a la boda, así que nos fuimos a una “boda real”, al palacio, vestidas de indonesias total, estábamos monisimas con un sarom (pareo) y una camisa calada la cual llaman caballa, y una banda que hay que poner en la cintura, dicen que es para no tener malos pensamientos de la cintura para abajo, estos sarom y banda, lo hay que poner para entrar en todos los templos, incluidos los hombres.

Bueno tendría muchas mas cosas que contar, tendría para llenar páginas y páginas, pero llega la hora del café y a esto no se puede faltar.

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