viernes, 13 de julio de 2007

Relato 08


Nací en un pueblo pequeño de montaña. Todos los del pueblo éramos como una familia. Cuando yo tenía 3 años empezó la guerra civil. De esa guerra recuerdo que se marcharon algunos hombres del pueblo y que algunos murieron y otros volvieron mutilados. También recuerdo que un día llegaron al pueblo unos soldados árabes y se establecieron allí; algunos hacían fuego en la calle para hacer su comida, otros entraban en las casas a comer, hacían un té que lo llamábamos “té moruno”. A mí me cogían en brazos, me besaban y me daban té de su misma taza. Después de un tiempo, se marcharon todos.

En mi pueblo no había muchos recursos económicos; cada familia tenía sus vacas, sus ovejas y cabras, sus gallinas, algunas tenían también caballo o burro, sus fincas, prados, para recoger la hierba y poder alimentar a los animales en el invierno cuando la nieve cubría todo el campo y no podían salir de la cuadra, y tierras donde sembraban trigo, centeno, cebada, legumbres y patatas. Con todo esto se arreglaba la gente y nadie pasaba hambre.

Los montes eran de todos. Se utilizaban para pastar el ganado. Había muchos bosques de hayas, de robles y de acebos, se podían cortar árboles cuando algún vecino construía una casa y necesitaba madera para vigas, puertas etc. Y también servían para abastecerse de leña (era el único combustible que había).

Mi pueblo tiene una iglesia, con su párroco, y una escuela unitaria donde todos y todas aprendimos a leer, a escribir, las matemáticas básicas, geografía, historia, ciencias naturales, urbanidad, etc.

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